Idioma Origen:
Si pasas por la vera del huerto de mi amada
al expandir tu vista hacia el fondo veras
un florestal que pone tonos primaverales
en la quietud amable que los arbustos dan.
Alla donde he dejado lo mejor de mi vida
ahi mis juramentos vagando han de flotar
porque ese ha sido el nido de amargos sufrimientos
y alli la infame supo de mi amor renegar.
Quien quiera con el alma el corazon no mande,
quien busque amores buenos que deje de soñar;
el corazon y el alma son dos fuerzas humanas
que emprenden una senda para no regresar.
Sus afectos son leyes que gobiernan y mandan labrando asi la dicha como tambien el mal
y reciben y cumplen las voces del destino
que tan pronto nos rie o nos hace llorar.
No se por que recuerdo con algo de tristeza
las hieles que el destino me supo deparar
y el afecto mendito que tanto idolatraba
ha convertido en odio mi fervido adorar.
No se por que me apena hablar de aquellos dias
que el engaño me trajo en forma de mujer,
no se si es algo bello vivir de desengaños
porque es mas halagueño reirse del querer.
Idioma Destino:
Si pasas por la vera del huerto de mi amada
al expandir tu vista hacia el fondo veras
un florestal que pone tonos primaverales
en la quietud amable que los arbustos dan.
Alla donde he dejado lo mejor de mi vida
ahi mis juramentos vagando han de flotar
porque ese ha sido el nido de amargos sufrimientos
y alli la infame supo de mi amor renegar.
Quien quiera con el alma el corazon no mande,
quien busque amores buenos que deje de soñar;
el corazon y el alma son dos fuerzas humanas
que emprenden una senda para no regresar.
Sus afectos son leyes que gobiernan y mandan labrando asi la dicha como tambien el mal
y reciben y cumplen las voces del destino
que tan pronto nos rie o nos hace llorar.
No se por que recuerdo con algo de tristeza
las hieles que el destino me supo deparar
y el afecto mendito que tanto idolatraba
ha convertido en odio mi fervido adorar.
No se por que me apena hablar de aquellos dias
que el engaño me trajo en forma de mujer,
no se si es algo bello vivir de desengaños
porque es mas halagueño reirse del querer.