Idioma Origen:
Son las cuatro de la tarde, amanece un nuevo día. Ya no te hablas con casi nadie por culpa, ay, de tu melancolía. Dicen que son tus colegas los que te llevan por la mala vida, pero es que tú eres la oveja negra, y que tú solito te lías.
Vas a trancas y a barrancas, sales de tu portería. Porque últimamente ya no se te levanta, porque estás hecho una porquería. Porque te me apareces como los fantasmas, como una mala melodía. Las palabras se te atrancan si te registra la policía.
Por lo menos reconoce cuál es tu fuente de energía, que siempre te imaginas el mundo al revés; una cárcel sin salida. Una manera tonta de pasar con pena y sin gloria, pero ya a nadie le impor cómo acabará tu historia.
Son las doce de la noche, comienza ya tu cacería, porque tú ya no te escondes, por culpa, ay, de tus ansias de alegría. Dicen que son tus colegas lo que te llevan por la mala vida, pero es que tú eres la oveja negra, y que tú solito te lías.
Vas a trancas y a barrancas, sales de tu portería. Porque últimamente ya no se te levanta, porque estás hecho una porquería. Porque te me apareces como los fantasmas, como una mala melodía. Las palabras se te atrancan si te registra la policía.
Por lo menos reconoce cuál es tu fuente de energía, que siempre te imaginas el mundo al revés; una cárcel sin salida. Una manera tonta de pasar con pena y sin gloria, pero ya a nadie le impor cómo acabará tu historia.
Vas a trancas y a barrancas, sales de tu portería. Porque últimamente ya no se te levanta, porque estás hecho una porquería. Porque te me apareces como los fantasmas, como una mala melodía. Las palabras se te atrancan si te registra la policía.
Por lo menos reconoce cuál es tu fuente de energía, que siempre te imaginas el mundo al revés; una cárcel sin salida. Una manera tonta de pasar con pena y sin gloria, pero ya a nadie le impor cómo acabará tu historia.
Por lo menos reconoce cuál es tu fuente de energía, que siempre te imaginas el mundo al revés; una cárcel sin salida. Una manera tonta de pasar con pena y sin gloria, pero ya a nadie le impor cómo acabará tu historia. Tu fuente de energía, tu fuente de energía, tu fuente de energía.
Idioma Destino:
Son las cuatro de la tarde, amanece un nuevo día. Ya no te hablas con casi nadie por culpa, ay, de tu melancolía. Dicen que son tus colegas los que te llevan por la mala vida, pero es que tú eres la oveja negra, y que tú solito te lías.
Vas a trancas y a barrancas, sales de tu portería. Porque últimamente ya no se te levanta, porque estás hecho una porquería. Porque te me apareces como los fantasmas, como una mala melodía. Las palabras se te atrancan si te registra la policía.
Por lo menos reconoce cuál es tu fuente de energía, que siempre te imaginas el mundo al revés; una cárcel sin salida. Una manera tonta de pasar con pena y sin gloria, pero ya a nadie le impor cómo acabará tu historia.
Son las doce de la noche, comienza ya tu cacería, porque tú ya no te escondes, por culpa, ay, de tus ansias de alegría. Dicen que son tus colegas lo que te llevan por la mala vida, pero es que tú eres la oveja negra, y que tú solito te lías.
Vas a trancas y a barrancas, sales de tu portería. Porque últimamente ya no se te levanta, porque estás hecho una porquería. Porque te me apareces como los fantasmas, como una mala melodía. Las palabras se te atrancan si te registra la policía.
Por lo menos reconoce cuál es tu fuente de energía, que siempre te imaginas el mundo al revés; una cárcel sin salida. Una manera tonta de pasar con pena y sin gloria, pero ya a nadie le impor cómo acabará tu historia.
Vas a trancas y a barrancas, sales de tu portería. Porque últimamente ya no se te levanta, porque estás hecho una porquería. Porque te me apareces como los fantasmas, como una mala melodía. Las palabras se te atrancan si te registra la policía.
Por lo menos reconoce cuál es tu fuente de energía, que siempre te imaginas el mundo al revés; una cárcel sin salida. Una manera tonta de pasar con pena y sin gloria, pero ya a nadie le impor cómo acabará tu historia.
Por lo menos reconoce cuál es tu fuente de energía, que siempre te imaginas el mundo al revés; una cárcel sin salida. Una manera tonta de pasar con pena y sin gloria, pero ya a nadie le impor cómo acabará tu historia. Tu fuente de energía, tu fuente de energía, tu fuente de energía.