Traducción de la letra No paraba de llover de Nena Daconte

Idioma Origen:

Me contaron los del mercado que arriba,
en el número 23, vive una mujer
con balcones rotos y jirones en la piel
y los ojos color miel.

Que en los días de lluvia sale a pasear
hasta el banco que queda donde la estación de tren
y allí canta canciones para quien quiera escuchar.

La nostalgia que trajo desde su hogar
y la historia de una vieja manta
que se olvidó en aquel cajon de el aparador
que ocupaba en la pared,
donde colgaba fotos que no pudo recoger
cuando tuvo que salir
aquel día que no paraba de llover.

Y en el banco que queda donde la estación de tren,
ella canta canciones para quien quiera escuchar.


Parapapa parararapaa'.


Me contaron los del mercado
que han puesto flores en el balcón
por los hijos que ella perdió,
porque no tuvo tiempo
de quedarse haciendo el amor,
alguien se lo llevó
y ni una triste rosa le dejó.

Y en el banco que queda donde la estación de tren,
ella canta canciones para quien quiera escuchar.

La nostalgia que trajo desde su hogar
y la historia de una vieja manta
que se olvidó en aquel cajon de el aparador
aquel día que no paraba de llover,
aquel día que no paraba de llover.
Idioma Destino:

Me contaron los del mercado que arriba,
en el número 23, vive una mujer
con balcones rotos y jirones en la piel
y los ojos color miel.

Que en los días de lluvia sale a pasear
hasta el banco que queda donde la estación de tren
y allí canta canciones para quien quiera escuchar.

La nostalgia que trajo desde su hogar
y la historia de una vieja manta
que se olvidó en aquel cajon de el aparador
que ocupaba en la pared,
donde colgaba fotos que no pudo recoger
cuando tuvo que salir
aquel día que no paraba de llover.

Y en el banco que queda donde la estación de tren,
ella canta canciones para quien quiera escuchar.


Parapapa parararapaa'.


Me contaron los del mercado
que han puesto flores en el balcón
por los hijos que ella perdió,
porque no tuvo tiempo
de quedarse haciendo el amor,
alguien se lo llevó
y ni una triste rosa le dejó.

Y en el banco que queda donde la estación de tren,
ella canta canciones para quien quiera escuchar.

La nostalgia que trajo desde su hogar
y la historia de una vieja manta
que se olvidó en aquel cajon de el aparador
aquel día que no paraba de llover,
aquel día que no paraba de llover.