Idioma Origen:
Pobrecito corazón,
a sufrir has comenzado
por vivir una ilusión
que de ti se anda burlando.
Los culpables son tus ojos
para qué me habrás mirado.
Mi querido corazón,
sé que estás encarcelado,
encerrado en la prisión
de tu pecho enamorado.
Los culpables son tus ojos
para qué me habrás mirado.
Ay Ay Ay, mi corazón,
a rbolito deshojado, un otoño
se quedó solito y abandonado.
Los culpables son tus ojos
para qué me habrás mirado.
Niña de mi corazón,
tus ojos me han atrapado,
con los besos que me dio tu boca,
estando en mis brazos.
Los culpables son tus ojos
para qué me habrás mirado.
Dolorido corazón, hoy vives
desconsolado por perder
esa pasión que se te fue
de las manos.
Los culpables son tus ojos
para qué me habrás mirado.
A mi pobre corazón
las puertas les has cerrado
los encantos de un amor,
con doble llave y candado.
Los culpables son tus ojos
para qué me habrás mirado.
Añurita, corazón, tal vez te hayan hechizado
las penurias de un adiós
que a tus sueños despertaron.
Los culpables son tus ojos
para qué me habrás mirado.
Idioma Destino:
Pobrecito corazón,
a sufrir has comenzado
por vivir una ilusión
que de ti se anda burlando.
Los culpables son tus ojos
para qué me habrás mirado.
Mi querido corazón,
sé que estás encarcelado,
encerrado en la prisión
de tu pecho enamorado.
Los culpables son tus ojos
para qué me habrás mirado.
Ay Ay Ay, mi corazón,
a rbolito deshojado, un otoño
se quedó solito y abandonado.
Los culpables son tus ojos
para qué me habrás mirado.
Niña de mi corazón,
tus ojos me han atrapado,
con los besos que me dio tu boca,
estando en mis brazos.
Los culpables son tus ojos
para qué me habrás mirado.
Dolorido corazón, hoy vives
desconsolado por perder
esa pasión que se te fue
de las manos.
Los culpables son tus ojos
para qué me habrás mirado.
A mi pobre corazón
las puertas les has cerrado
los encantos de un amor,
con doble llave y candado.
Los culpables son tus ojos
para qué me habrás mirado.
Añurita, corazón, tal vez te hayan hechizado
las penurias de un adiós
que a tus sueños despertaron.
Los culpables son tus ojos
para qué me habrás mirado.