Idioma Origen:
¿A quién estás buscando? A la playa, ingénuo, ésta se fue con otro tipo más guapo. Tenía más cerebro y casa gigante que flotaba en cielo, era el dueño de los pájaros. Para cortejarla regalábala el oxígeno y la tierra, para que ella pudiera estar tumbada en Venus. Todas las tardes él le daba unos masajes y caricias, para estar toda la noche relajada. Y por el día ellos jugaban a las olas, nunca a dioses como tú, ya pretendías engañándola.
Tú la dijiste: 'yo te voy a querer'. Tú la dijiste que todo iba a tener, la prometiste que ibas a serle fiel. Pero con tacto y pasión, no con desorden y descuido, por eso ella a huido, se ha ido a otro sitio donde no haya más plásticos y botellas de vidrio. Los peces sí, ahora ya no sufren con ella, huyeron con la playa y, mira, no dejaron huella. Están con otro tipo que ahora les cuida mejor; palmeras, la brisa, la arena de la playa.
Ahora soy felíz, ahora soy felíz, soy felíz así.
Aquel día huyó el mar, las olas, la sal, a un lugar donde nadie les pudiera encontrar. Quería tranquilidad, un poco más de respeto; la claridad y transparencia de una playa. Aquel día huyó el mar, las olas, la sal, a un lugar donde nadie les pudiera encontrar. Quería tranquilidad, un poco más de respeto; la claridad y transparencia de una playa.
Llega el poder de la tierra seca y el asfalto,
ni con todos los cuartos regresaría a tí la playa.
Ahora los surfistas tienen que irse al río, pero se quejan de que allí no hay olas, menudo lío. Sin mar, los transatlánticos tuvieron que ponerse ruedas, pero no caben en todas las carreteras,
no hay peces ni espacio suficiente en los lagos,
los charcos y los ríos, menudo lío.
Pasado el tiempo aparecieron los jinetes zancudos, miles de insectos en llamas y ornamentos vegetales. Las pugnas entre dioses y demonios por causar entre los dos la agitación de los lagos y los ríos, que saben de sobra que la playa ahora es felíz. Que sonríen todo el tiempo, y a las olas y sal, por eso antes de que éstas se llenen de máscaras grotescas, huyen hacia donde está el mar. Y cuando llegan, se abrazan con sus primas hermanas, y ahora disfrutan del aire puro y fresco que ello emana. El hombre ya ha quedado en la profunda desgana, porque no haya un sitio como el río o la playa.
Ahora soy felíz, ahora soy felíz, soy felíz así.
Aquel día huyó el mar, las olas, la sal, a un lugar donde nadie les pudiera encontrar. Quería tranquilidad, un poco más de respeto; la claridad y transparencia de una playa. Aquel día huyó el mar, las olas, la sal, a un lugar donde nadie les pudiera encontrar. Quería tranquilidad, un poco más de respeto; la claridad y transparencia de una playa.
Soy así, soy así, soy así, soy así. Ahora soy felíz, ahora soy felíz, soy felíz así.
Idioma Destino:
¿A quién estás buscando? A la playa, ingénuo, ésta se fue con otro tipo más guapo. Tenía más cerebro y casa gigante que flotaba en cielo, era el dueño de los pájaros. Para cortejarla regalábala el oxígeno y la tierra, para que ella pudiera estar tumbada en Venus. Todas las tardes él le daba unos masajes y caricias, para estar toda la noche relajada. Y por el día ellos jugaban a las olas, nunca a dioses como tú, ya pretendías engañándola.
Tú la dijiste: 'yo te voy a querer'. Tú la dijiste que todo iba a tener, la prometiste que ibas a serle fiel. Pero con tacto y pasión, no con desorden y descuido, por eso ella a huido, se ha ido a otro sitio donde no haya más plásticos y botellas de vidrio. Los peces sí, ahora ya no sufren con ella, huyeron con la playa y, mira, no dejaron huella. Están con otro tipo que ahora les cuida mejor; palmeras, la brisa, la arena de la playa.
Ahora soy felíz, ahora soy felíz, soy felíz así.
Aquel día huyó el mar, las olas, la sal, a un lugar donde nadie les pudiera encontrar. Quería tranquilidad, un poco más de respeto; la claridad y transparencia de una playa. Aquel día huyó el mar, las olas, la sal, a un lugar donde nadie les pudiera encontrar. Quería tranquilidad, un poco más de respeto; la claridad y transparencia de una playa.
Llega el poder de la tierra seca y el asfalto,
ni con todos los cuartos regresaría a tí la playa.
Ahora los surfistas tienen que irse al río, pero se quejan de que allí no hay olas, menudo lío. Sin mar, los transatlánticos tuvieron que ponerse ruedas, pero no caben en todas las carreteras,
no hay peces ni espacio suficiente en los lagos,
los charcos y los ríos, menudo lío.
Pasado el tiempo aparecieron los jinetes zancudos, miles de insectos en llamas y ornamentos vegetales. Las pugnas entre dioses y demonios por causar entre los dos la agitación de los lagos y los ríos, que saben de sobra que la playa ahora es felíz. Que sonríen todo el tiempo, y a las olas y sal, por eso antes de que éstas se llenen de máscaras grotescas, huyen hacia donde está el mar. Y cuando llegan, se abrazan con sus primas hermanas, y ahora disfrutan del aire puro y fresco que ello emana. El hombre ya ha quedado en la profunda desgana, porque no haya un sitio como el río o la playa.
Ahora soy felíz, ahora soy felíz, soy felíz así.
Aquel día huyó el mar, las olas, la sal, a un lugar donde nadie les pudiera encontrar. Quería tranquilidad, un poco más de respeto; la claridad y transparencia de una playa. Aquel día huyó el mar, las olas, la sal, a un lugar donde nadie les pudiera encontrar. Quería tranquilidad, un poco más de respeto; la claridad y transparencia de una playa.
Soy así, soy así, soy así, soy así. Ahora soy felíz, ahora soy felíz, soy felíz así.