Idioma Origen:
Letra: Juan Velich y Pedro Platas
Música: Dante Tortonese
Canta: Oscar Larroca con la orquesta de Alfredo De Angelis
Odeon 20493 10/4/1955 Buenos Aires
La Boca, Avellaneda, Barracas, Puente Alsina,
el bajo de Belgrano y en el mismo arrabal
fue siempre respetado el zurdo Cruz Medina,
por ser un buen amigo, muy noble y servicial.
Fue hombre entre los hombres, fue taita entre matones,
pasó su vida breve allá en el arrabal
donde se oyó de noche la ronda de botones
y en un café del barrio solloza unl bandoneón.
Era un malevo sin trampas, sin padrinos ni agachada;
nada de compadrada, pero de temple y acción
Caseros lo vio jugarse sin achicar la parada,
y en el hampa está sentada su fama de gran varón.
Pero una noche de esas allá en Avellaneda,
guapiándole a la yuta por dentro el arrabal
sonaron cuatro tiros y sobre la vereda
caía Cruz Medina blandiendo su puñal.
Pronto saltó la bronca, cayó la policía,
y en un charco de sangre al malevo encontró,
herido mortalmente, rebelde en su agonía,
pero con voz de macho de esta manera habló:
"No me pregunten agentes, quien fue el hombre que me ha herido,
será tiempo perdido, porque no soy delator.
Déjenme, no más, que muera, y de esto nadie se asombre,
que el hombre para ser hombre, no debe ser batidor.
(By Jorge Febrero 15 2009)
Idioma Destino:
Letra: Juan Velich y Pedro Platas
Música: Dante Tortonese
Canta: Oscar Larroca con la orquesta de Alfredo De Angelis
Odeon 20493 10/4/1955 Buenos Aires
La Boca, Avellaneda, Barracas, Puente Alsina,
el bajo de Belgrano y en el mismo arrabal
fue siempre respetado el zurdo Cruz Medina,
por ser un buen amigo, muy noble y servicial.
Fue hombre entre los hombres, fue taita entre matones,
pasó su vida breve allá en el arrabal
donde se oyó de noche la ronda de botones
y en un café del barrio solloza unl bandoneón.
Era un malevo sin trampas, sin padrinos ni agachada;
nada de compadrada, pero de temple y acción
Caseros lo vio jugarse sin achicar la parada,
y en el hampa está sentada su fama de gran varón.
Pero una noche de esas allá en Avellaneda,
guapiándole a la yuta por dentro el arrabal
sonaron cuatro tiros y sobre la vereda
caía Cruz Medina blandiendo su puñal.
Pronto saltó la bronca, cayó la policía,
y en un charco de sangre al malevo encontró,
herido mortalmente, rebelde en su agonía,
pero con voz de macho de esta manera habló:
"No me pregunten agentes, quien fue el hombre que me ha herido,
será tiempo perdido, porque no soy delator.
Déjenme, no más, que muera, y de esto nadie se asombre,
que el hombre para ser hombre, no debe ser batidor.
(By Jorge Febrero 15 2009)