Traducción de la letra Sucedio en beckelar de Mama Ladilla

Idioma Origen:

SUCEDIÓ EN BECKELAR
Cabalgaba el príncipe valiente,

valiente cobardica,

armado hasa los dientes.



Avanzaba como una estatua ecuestre,

melenas en plan Silkiens,

en busca de sus huestes.



Anhelaba su sórdido palacio,

otrora engalanado

con cien tapices rancios.



Recordaba, sentado en su almorrana,

los años que pasó

convertido en una rana.





Mas, de pronto, fatídico destino,

diez mil amotinados

cortaban el camino.



Los fulanos estaban a la greña,

si quieres seguir vivo

¿cuál es el santo y seña?



Mi papá es el dueño de estas tierras,

si no me dejáis paso

iremos a la guerra.



¿Te refieres al resto de las piezas

del cuerpo que antes iba

pegado a esta cabeza?





¡Malandrines! ¿Qué ha sido de la reina?

De sólo imaginarlo

mis bucles se despeinan.



¡Las infantas! ¿Qué habéis hecho con ellas?

¿Tuvisteis por lo menos

piedad de las doncellas?



Pues piedad, piedad lo que se dice,

depende del criterio

de aquel que lo analice,



pero al menos las hemos reciclado.

Allí las puedes ver

tirando del arado.





Y ¿conmigo? ¿Qué vais a hacer conmigo?

¿Filetes empanados

envueltos en pan Bimbo?



Te rogamos que no nos des ideas,

tenemos suficientes

y son mucho más feas.



Por lo pronto, y con carácter transitorio,

aquí tienes tu cetro:

primer supositorio.



Y después, 10.000 republicanos

van a practicar

el medievo con tu ano.



Vamos a practicar el medievo con tu ano.



Por la noche dormía todo el mundo

y el príncipe escapaba

maltrecho y moribundo.



Pero antes de huir por la comarca

agarró, sin que lo vieran,

la cabeza del monarca.



Desperté y di la voz de alarma,

arriba todo el mundo,

hermanos, ¡a las armas!



Agarremos las lanzas y las cotas.

Ha ocurrido una desgracia,

se han llevado la pelota.
Idioma Destino:

SUCEDIÓ EN BECKELAR
Cabalgaba el príncipe valiente,

valiente cobardica,

armado hasa los dientes.



Avanzaba como una estatua ecuestre,

melenas en plan Silkiens,

en busca de sus huestes.



Anhelaba su sórdido palacio,

otrora engalanado

con cien tapices rancios.



Recordaba, sentado en su almorrana,

los años que pasó

convertido en una rana.





Mas, de pronto, fatídico destino,

diez mil amotinados

cortaban el camino.



Los fulanos estaban a la greña,

si quieres seguir vivo

¿cuál es el santo y seña?



Mi papá es el dueño de estas tierras,

si no me dejáis paso

iremos a la guerra.



¿Te refieres al resto de las piezas

del cuerpo que antes iba

pegado a esta cabeza?





¡Malandrines! ¿Qué ha sido de la reina?

De sólo imaginarlo

mis bucles se despeinan.



¡Las infantas! ¿Qué habéis hecho con ellas?

¿Tuvisteis por lo menos

piedad de las doncellas?



Pues piedad, piedad lo que se dice,

depende del criterio

de aquel que lo analice,



pero al menos las hemos reciclado.

Allí las puedes ver

tirando del arado.





Y ¿conmigo? ¿Qué vais a hacer conmigo?

¿Filetes empanados

envueltos en pan Bimbo?



Te rogamos que no nos des ideas,

tenemos suficientes

y son mucho más feas.



Por lo pronto, y con carácter transitorio,

aquí tienes tu cetro:

primer supositorio.



Y después, 10.000 republicanos

van a practicar

el medievo con tu ano.



Vamos a practicar el medievo con tu ano.



Por la noche dormía todo el mundo

y el príncipe escapaba

maltrecho y moribundo.



Pero antes de huir por la comarca

agarró, sin que lo vieran,

la cabeza del monarca.



Desperté y di la voz de alarma,

arriba todo el mundo,

hermanos, ¡a las armas!



Agarremos las lanzas y las cotas.

Ha ocurrido una desgracia,

se han llevado la pelota.