Idioma Origen:
¡No nos quedo otro camino!, es el grito, no de justificación, sino de aclaración. Que el viento fuerte de arriba, y el viento suave de abajo, traen desde la Selva Lacandona, donde el 1 de enero de 1994, y con las armas en la mano, los indios Choles, Celtales, Totziles y Toholabales, entre otros decidieron enfrentar a la muerte pero con una esperanza de vida, no es una acción suicida. Es profunda y razonada, que nace de la gran sabiduría indígena, y de la inteligente y decidida acción de los compañeros de la Vanguardia del Comité Clandestino Revolucionario Indígena del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional. Es un grito que nace desde la profundidad de 500 años, de explotación, tortura, marginación, secuestro y asesinato, que los ladinos y racistas regímenes prisitas, en complicidad con los caciques locales, han descargado en contra de los indios Chiapanecos.
¡No nos quedo otro camino!, mas claro, no se necesita ser muy inteligente para entenderlo.
¡No nos quedo otro camino!, ya se habían agotado todas las formas pacificas de lucha, marchas, huelgas de hambre, tomas de alcaldías y carreteras, denuncias en todos los foros nacionales e internacionales. Nadie los escuchaba, nadie...
¡No nos quedo otro camino!, y la bala que salió disparada desde la Selva Lacandona, traspaso los oídos del burgués y el oligarca, les quito el sueño a los finqueros, caciques y ganaderos Chiapanecos, hizo perder el apetito a los señores de horca y cuchillo, y sacudió la conciencia de banqueros y empresarios, industriales y comerciantes, políticos de centro, derecha e izquierda, la bala salvadora dio la vuelta al mundo y quedo suspendida como una gran interrogación, en la arrogante y soberbia sin razón del PRI gobierno. Y por fin se dieron cuenta de que los indios existen, son reales, y son capaces de organizarse y dirigir una guerra, antes de morirse de hambre o de vergüenza.
Idioma Destino:
¡No nos quedo otro camino!, es el grito, no de justificación, sino de aclaración. Que el viento fuerte de arriba, y el viento suave de abajo, traen desde la Selva Lacandona, donde el 1 de enero de 1994, y con las armas en la mano, los indios Choles, Celtales, Totziles y Toholabales, entre otros decidieron enfrentar a la muerte pero con una esperanza de vida, no es una acción suicida. Es profunda y razonada, que nace de la gran sabiduría indígena, y de la inteligente y decidida acción de los compañeros de la Vanguardia del Comité Clandestino Revolucionario Indígena del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional. Es un grito que nace desde la profundidad de 500 años, de explotación, tortura, marginación, secuestro y asesinato, que los ladinos y racistas regímenes prisitas, en complicidad con los caciques locales, han descargado en contra de los indios Chiapanecos.
¡No nos quedo otro camino!, mas claro, no se necesita ser muy inteligente para entenderlo.
¡No nos quedo otro camino!, ya se habían agotado todas las formas pacificas de lucha, marchas, huelgas de hambre, tomas de alcaldías y carreteras, denuncias en todos los foros nacionales e internacionales. Nadie los escuchaba, nadie...
¡No nos quedo otro camino!, y la bala que salió disparada desde la Selva Lacandona, traspaso los oídos del burgués y el oligarca, les quito el sueño a los finqueros, caciques y ganaderos Chiapanecos, hizo perder el apetito a los señores de horca y cuchillo, y sacudió la conciencia de banqueros y empresarios, industriales y comerciantes, políticos de centro, derecha e izquierda, la bala salvadora dio la vuelta al mundo y quedo suspendida como una gran interrogación, en la arrogante y soberbia sin razón del PRI gobierno. Y por fin se dieron cuenta de que los indios existen, son reales, y son capaces de organizarse y dirigir una guerra, antes de morirse de hambre o de vergüenza.