Idioma Origen:
Vístete de putita, corazón,
vuélveme loco.
Ponte esas braguitas de nylón
y luego te las quitas poco a poco.
No me tengas a dieta,
me queda una chinita para un peta
y un disco de boleros
para jugar contigo,
a menos de una cuarta de tu ombligo,
a mancharte de tarta los ligueros.
Ya, ya, ya eyaculé
(¿ya?),
ya, ya, ya eyaculé.
¡Ay, negra,
si tú sipiera!
Anoche te vi pasar
y no quise que me viera.
A él tú le hará como a mí,
que cuando no tuve plata
te corrite de bachata,
sin acordarte de mí.
Sóngoro cosongo,
songo bé.
Vístete de enfermera, corazón,
que estoy malito.
Juégate un polvo al trivial del amor,
me llevas de ventaja dos quesitos.
No hace falta permiso
para rodar desnudos por el piso,
como dos sordomudos,
sin otro paraíso
que el que mi lengua invoca
a las puertas del cielo de tu boca.
Ya, ya, ya eyaculé
(¿ya?),
ya, ya, ya eyaculé.
Mamatomba,
serembe cuserembá.
El negro canta y se ajuma,
el negro se ajuma y canta,
el negro canta y se va.
Tamba, tamba, tamba, tamba,
tamba del negro que tumba;
tumba del negro, caramba,
caramba, que el negro tumba:
¡yamba, yambó, yambambé!
Porque, comadre, los duelos
son menos duelos con risas
y los ardores con visa
y los licores con hielo
y el corazón a deshora
y las uñas en la cara,
me lo dijo una señora,
disfrazada de cualquiera,
que quiso que la besara
como si no la quisiera.
Ya, ya, ya eyaculé
(¿ya?),
ya, ya, ya eyaculé.
Idioma Destino:
Vístete de putita, corazón,
vuélveme loco.
Ponte esas braguitas de nylón
y luego te las quitas poco a poco.
No me tengas a dieta,
me queda una chinita para un peta
y un disco de boleros
para jugar contigo,
a menos de una cuarta de tu ombligo,
a mancharte de tarta los ligueros.
Ya, ya, ya eyaculé
(¿ya?),
ya, ya, ya eyaculé.
¡Ay, negra,
si tú sipiera!
Anoche te vi pasar
y no quise que me viera.
A él tú le hará como a mí,
que cuando no tuve plata
te corrite de bachata,
sin acordarte de mí.
Sóngoro cosongo,
songo bé.
Vístete de enfermera, corazón,
que estoy malito.
Juégate un polvo al trivial del amor,
me llevas de ventaja dos quesitos.
No hace falta permiso
para rodar desnudos por el piso,
como dos sordomudos,
sin otro paraíso
que el que mi lengua invoca
a las puertas del cielo de tu boca.
Ya, ya, ya eyaculé
(¿ya?),
ya, ya, ya eyaculé.
Mamatomba,
serembe cuserembá.
El negro canta y se ajuma,
el negro se ajuma y canta,
el negro canta y se va.
Tamba, tamba, tamba, tamba,
tamba del negro que tumba;
tumba del negro, caramba,
caramba, que el negro tumba:
¡yamba, yambó, yambambé!
Porque, comadre, los duelos
son menos duelos con risas
y los ardores con visa
y los licores con hielo
y el corazón a deshora
y las uñas en la cara,
me lo dijo una señora,
disfrazada de cualquiera,
que quiso que la besara
como si no la quisiera.
Ya, ya, ya eyaculé
(¿ya?),
ya, ya, ya eyaculé.