Fui a la orilla del río, y ví que estabas muy sola. Vi que te habías dormido, y que crecían amapolas. En lo alto de tu pecho, tu pecho hecho en la gloria, yo me fui pa' tí derecho, y así entraste en mi memoria.
Tú me vestiste los ojos, yo te quitaba la ropa.
Todas las palomas que cojo, vuelan a la pata coja.
Tú ibas abriendo las alas, yo iba cerrando la boca. Tú eras flor desarropada y yo el calorro que te arropa.
Tu perfume es el veneno que contamina el aire, que tu pelo corta, que me corta hasta el habla y el entendimiento, porque es la droga que vuelve mi cabeza loca. Después me quedo dormido en una cama más dura que una roca, soñando que aún no te has ido, soñando que aún me toca.
Y el sol se va sonrojando, porque la noche le va cayendo. Los pájaros van llegando, los árboles tienen sueño. Sus hojas ya se han cansado de aguantar tanto el invierno, y yo sigo aquí a tu lado, y hasta que me lleve el viento.
De luto se pone el cielo que viene con nubes negras, será porque tiene celos de que esta noche te tenga. Qué oscuro que se está haciendo, échale leña a la hoguera, la hoguera de sentimientos
que arde si estoy a tu vera.
Tomado de AlbumCancionYLetra.com
Tu perfume es el veneno que contamina el aire, que tu pelo corta, que me corta hasta el habla y el entendimiento, porque es la droga que vuelve mi cabeza loca. Después me quedo dormido en una cama más dura que una roca, soñando que aún no te has ido, soñando que aún me toca.