Atrápame mientras caigo, dime que estás aquí y que todo ha terminado ahora. Hablándole a la atmósfera,
no hay nadie aquí y me divido en mi misma.
Esta realidad me vuelve loca, sé que puedo detener el dolor si deseo que se vaya, si deseo que se vaya.
No me des la espalda, no te entregues al dolor.
No intentes ocultarte, aunque estén gritando tu nombre. No cierres los ojos, dios sabe lo que hay detrás de ellos. No apagues la luz, nunca duermas, nunca mueras.
Estoy asustada por lo que veo, pero de alguna manera sé que hay mucho más por venir. Inmovilizada por mi miedo, y pronto cegada por las lágrimas, puedo detener el dolor si deseo que se vaya, si deseo que se vaya.
No me des la espalda, no te entregues al dolor.
No intentes ocultarte, aunque estén gritando tu nombre. No cierres los ojos, dios sabe lo que hay detrás de ellos. No apagues la luz, nunca duermas, nunca mueras.
Los ángeles caídos a mis pies, susurraron a mi oído
muerte ante mis ojos, yaciendo a mi lado, me temo.
Ella me hace señas, ¿debo rendirme? En mi final, ¿debo empezar? Abandonando todo por lo que he caído, y levantarme para encontrar el final.
No me des la espalda, no te entregues al dolor.
No intentes ocultarte, aunque estén gritando tu nombre. No cierres los ojos, dios sabe lo que hay detrás de ellos. No apagues la luz, nunca duermas, nunca mueras.
Tomado de AlbumCancionYLetra.com
No me des la espalda, no intentes ocultarte.
No cierres los ojos, no apagues la luz.
No me des la espalda, no intentes ocultarte.
No cierres los ojos, no apagues la luz.