La Ley de Fomento Agropecuario, es sin duda alguna el instrumento jurídico mas reaccionario que se recuerde, desde la época en que Miguel Alemán concedió el derecho de inafectabilidad y de amparo a los latifundistas. La ley de Fomento Agropecuario, es un engendro legal del gobierno de López Portillo y la única nefasta herencia que le deja al Campesinado Mexicano, esta ley, que como la mayoría de las que se aprueban por consigna en las serviles Cámaras de Diputados y Senadores, obedece a las presiones ejercidas por empresarios y banqueros, y tiene como fin, convertir a los ejidatarios en peones y jornaleros, ya que estos pondrían la tierra y su fuerza de trabajo y los empresarios lógicamente el dinero.
Dispareja sociedad que en otros campos de la economía ha dejado ejemplos contraproducentes, para los pobres claro esta. Para imponer dicha ley, no se ha hecho esperar la ya tradicional represión contra el campesinado mexicano. Guardias Blancas, Latifundistas Armados, conjuntamente con el Glorioso Ejercito Mexicano, han sembrado el terror y regado con sangre el Territorio Nacional.
A los que van a escuchar,
Este breve sonecito,
Les quiero comunicar,
Algo que me tiene muy tristito.
La región de la Huasteca,
Son tierras de promisión,
Pero esta regada con sangre,
Del indio que ahí nació.
Si usted tira un frijolito,
Seguro que ahí vera,
Que nacen muchos frijoles,
Y ahí se alimentara.
Pero llegan los caciques,
De conocida maldad.
Atropellando la milpa,
Y matando al que ahí esta.
No me alcanzaría la voz,
Menos mi literatura,
Pa´ describir la Huasteca,
En todita su hermosura.
Pero desgraciadamente,
Este paraíso de antes,
Lo han convertido en infierno,
Caciques y Gobernantes.
Hay mas de cien variedades,
De pájaros cantadores,
Árboles y enredaderas,
Y variedades de flores.
Y bailábamos los hombres,
Y las mujeres también,
Trabajábamos contentos,
Por el Colectivo Bien.
Pero se fueron metiendo,
Así como la humedad,
Pisoteando y destruyendo,
Amor y felicidad.
Ahora solo se ven,
Campesinos huyendo,
Aquellos que no están presos,
Los van desapareciendo.
Si usted cree que estoy mintiendo,
Ahí les van las realidades,
Con señas, nombres y origen,
De muertos de estos lugares.
Cayo Don Pedro Beltrán,
Defendiendo nuestra gente,
Era un campesino honesto,
Contra los terratenientes.
El criminal no distingue
el año setenta y nueve,
Mataron a Humberto Hernández,
Crimen que a todos conmueve,
Así han venido cayendo,
Compañeros campesinos,
El dinero de los ricos,
Le paga a los asesinos.
No quiero seguir contando,
Todas las atrocidades,
Que cometen los caciques,
También las autoridades.
Solo pedimos ayuda,
A todos los Mexicanos,
Acabar con la injusticia,
Contra de nuestros hermanos.
Ahora si Huastecano,
Hombre de sangre caliente
Es hora de demostrar,
Si es cierto que eres valiente.
Tomado de AlbumCancionYLetra.comAdiós Huasteca querida,
Y a todos los que nos escuchan,
Ya se acabo la canción,
Pero va empezar la lucha.